La falta de viviendas adecuadas para personas con graves problemas de salud mental continúa siendo un desafío en los Países Bajos, a pesar de la implementación en 2021 de la ley Wet Langdurige Zorg (WLZ).
Esta ley transfirió la responsabilidad de la atención a nivel nacional, otorgando a estas personas el derecho a cuidados de larga duración sin procesos burocráticos reiterados. Sin embargo, la escasez de viviendas sigue siendo una barrera crítica.
Dificultades para encontrar opciones adecuadas
Anitha Bredewold, defensora de clientes en salud mental, señala que aunque la WLZ redujo el estrés asociado con la solicitud de atención frecuente, no ha resuelto la falta de opciones de viviendas.
Según una encuesta de Pointer, la mayoría de los defensores de clientes enfrenta grandes dificultades para asegurar un lugar adecuado para sus clientes. Especialmente para aquellos con necesidades más complejas.
Demanda abrumadora y falta de recursos
El número de personas bajo la atención de WLZ por problemas de salud mental superó las proyecciones iniciales, alcanzando más de 35.000 a finales de 2024.
Esto ha sobrecargado el sistema, dejando a miles de personas en listas de espera. Además, la falta de variedad en las opciones de vivienda y la escasez de servicios personalizados agravan el problema.
Consecuencias de la falta de vivienda
La ausencia de un entorno estable tiene efectos devastadores. Personas en recuperación han recaído debido a la falta de apoyo, mientras que otras han terminado en refugios temporales o incluso en situación de calle.
Organizaciones como el Ejército de Salvación informan que estos refugios no están equipados para proporcionar el cuidado necesario.
Evaluación del sistema WLZ
El Ministerio de Salud ha reconocido que la WLZ no está cumpliendo plenamente con las necesidades de todos los pacientes de salud mental. Los funcionarios están evaluando si este sistema es adecuado para abordar casos complejos y garantizar que las personas reciban el apoyo necesario.