Los Países Bajos han experimentado un descenso en el índice anticorrupción de Transparencia Internacional, alcanzando su puntuación más baja en la historia reciente. Según Lousewies van der Laan, director de Transparencia, el país obtuvo 79 puntos de 90, lo que representa una tendencia a la baja preocupante en la lucha contra la corrupción.
Causas del Descenso:
El informe señala que el debilitamiento del Estado de derecho por parte del crimen organizado y una cultura política tolerante hacia los políticos que cambian hacia y desde empresas de lobby son las principales razones detrás de este descenso. La presión sobre el poder judicial, la administración y la prensa libre por parte del crimen organizado es una preocupación creciente, con informes de amenazas e intimidaciones a jueces, fiscales, abogados, directores y periodistas.
Influencia del Lobbying y Amiguismo Político:
Transparencia Internacional critica la «cultura política excepcionalmente tolerante» de los Países Bajos hacia los políticos que cambian entre roles gubernamentales y de lobby, lo que incrementa la susceptibilidad a formas de amiguismo dentro del sistema administrativo. Esta práctica, según el informe, podría estar relacionada con el malestar político en el país.
Impacto en las Instituciones del Estado de Derecho:
La polarización y la desconfianza creciente también ejercen presión sobre las instituciones del Estado de derecho, con una disminución en el número de personas interesadas en convertirse en alcaldes, una posición cada vez más desafiante debido a la confrontación directa con ciudadanos en desacuerdo con las políticas.
Posición de los Países Bajos a Nivel Internacional:
A pesar del descenso, los Países Bajos siguen estando entre los diez países menos corruptos del mundo. Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda encabezan la lista, mientras que Alemania y Luxemburgo siguen de cerca a los Países Bajos.
Limitaciones del Índice de Percepción de la Corrupción:
Transparencia Internacional aclara que el índice solo mide la corrupción en el sector público de los Países Bajos y no considera las actividades de holandeses y empresas holandesas en el extranjero. También señala que el índice no incluye aspectos como el fraude fiscal, el blanqueo de dinero y el papel del sector privado en estos delitos.