La Tweede Kamer, la cámara baja del parlamento holandés, ha aprobado una moción instando al gabinete a abstenerse de enviar representantes a la Copa del Mundo en Arabia Saudita, a menos que el país anfitrión demuestre una «mejora significativa» en los derechos humanos y las condiciones laborales. La moción, presentada por Wieke Paulusma (D66), refleja la preocupación por la situación actual en Arabia Saudita, considerada «inaceptable» para albergar un evento deportivo de tal magnitud.
Contexto Internacional y Posición de la FIFA:
Con Australia retirándose como candidata a organizar el Mundial de 2034, se anticipa que Arabia Saudita será la sede, confirmación que parece haber sido respaldada por el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a través de las redes sociales. Esta decisión ha generado debate internacional sobre la idoneidad de Arabia Saudita como anfitrión, dadas las preocupaciones sobre derechos humanos.
Esperanzas de Cambio y Diplomacia:
El Ministro de Deportes saliente, Conny Helder, ha buscado apoyo en Europa para modificar el proceso de selección de la sede del Mundial, encontrando eco en varios países que comparten las preocupaciones sobre la elección de Arabia Saudita. Mientras tanto, el Primer Ministro Mark Rutte ha discutido la «amplia cooperación» con el Príncipe Heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, a pesar de las controversias que rodean al príncipe, incluido el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Controversias Previas y Acciones Simbólicas:
La asistencia de Helder al Mundial en Qatar en 2022, a pesar de las solicitudes de la Tweede Kamer de abstenerse debido a las condiciones de los derechos humanos, ha resurgido como un tema de debate. Helder, quien llevó una insignia de OneLove en Qatar como gesto simbólico de apoyo a los derechos LGBTQ+, enfrentó críticas por la efectividad de tal acto simbólico frente a las realidades políticas y sociales.