Los Países Bajos enfrentan un desafío significativo no solo con los solicitantes de asilo, sino también en proporcionar refugio a los refugiados ucranianos. Los albergues municipales destinados a esta población están alcanzando su máxima capacidad, con más del 99% de las 90,000 plazas de acogida ocupadas. Esta situación surge en un contexto donde el flujo de ucranianos que buscan refugio no muestra signos de disminuir, especialmente tras la invasión rusa de Ucrania hace dos años.
Situación Crítica en Utrecht:
La situación es particularmente tensa en Utrecht, donde el centro de registro ha visto la llegada de más de 3,000 ucranianos en las primeras semanas del año. A pesar de los esfuerzos por alojar a estos refugiados en refugios municipales, la capacidad está al límite. Jaap Donker, de Veiligheidsregio Utrecht, señala que el refugio del centro de registro, con 140 camas, ha estado lleno constantemente desde principios de febrero. La posibilidad de tener que cerrar las puertas y dejar a los refugiados en la calle es una preocupación real.
Medidas del Gobierno:
Ante esta situación, el secretario de Estado responsable, Eric van der Burg (Asilo), ha prometido tomar medidas para promover la autosuficiencia y participación de los refugiados ucranianos en los Países Bajos. Una de las opciones consideradas es requerir a los refugiados que contribuyan económicamente al alojamiento si tienen los medios para hacerlo. Esta medida busca aliviar la presión sobre los albergues municipales y liberar espacio para nuevos llegados.
Desafíos Continuos:
Además de la situación con los refugiados ucranianos, los Países Bajos también enfrentan dificultades para alojar a otros solicitantes de asilo. El centro de registro de Ter Apel, en particular, ha estado crónicamente superpoblado. La capacidad de adherirse a una decisión judicial reciente que limita el número de personas alojadas en Ter Apel es incierta, lo que subraya la urgencia de encontrar soluciones sostenibles para esta crisis humanitaria en curso.