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Imagen del campo de gas de GroningenCampo de gas en Groningen - Foto de Peter Heeling en Wikimedia Commons

El gobierno holandés enfrenta un obstáculo legal significativo en su esfuerzo por cesar la importación de gas natural licuado (GNL) de Rusia, a pesar de su compromiso de independizarse energéticamente de Moscú. Un contrato a largo plazo entre TotalEnergies, un grupo energético francés, y un proveedor ruso subraya las complejidades de desvincularse de la dependencia energética rusa en Europa.

El Obstáculo Contractual:
El acuerdo firmado en 2018 entre TotalEnergies y Yamal LNG, el operador del campo de gas en el noroeste de Siberia, garantiza el suministro de gas ruso a los Países Bajos hasta 2032. Este contrato representa aproximadamente el 10% de las importaciones holandesas de GNL, con entregas mensuales procedentes de Rusia.

Implicaciones Legales:
El gobierno holandés se encuentra legalmente incapacitado para intervenir en acuerdos entre empresas privadas, lo que impide la terminación unilateral del contrato entre TotalEnergies y el proveedor ruso. Esta situación destaca los límites de la acción gubernamental frente a compromisos comerciales internacionales preexistentes.

Participación Corporativa:
Yamal LNG está mayoritariamente controlada por la empresa rusa Novatek PJSC. TotalEnergies y China National Petroleum Corp. poseen una participación minoritaria en la operación. Según Patrick Pouyanné, director general de TotalEnergies, la compañía continuará con el envío de GNL desde Rusia en ausencia de sanciones específicas que prohíban tal comercio.
Desafío Europeo:
La situación de los Países Bajos refleja un desafío más amplio para Europa en su conjunto, que busca disminuir su dependencia del gas ruso tras la guerra en Ucrania. A pesar de los esfuerzos significativos para encontrar fuentes alternativas de energía, Europa sigue vinculada a Rusia por contratos como el de TotalEnergies, lo que limita la capacidad de la región para desvincularse completamente de los suministros energéticos rus