Profesionales de la salud están expresando su preocupación por los impactos negativos que el ruido constante de las turbinas eólicas terrestres tiene sobre la salud de las personas que viven en sus proximidades. A pesar de la evidencia que sugiere un aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares debido al ruido persistente, los médicos generales señalan que el gobierno parece dar prioridad solo a estudios con resultados positivos sobre las turbinas eólicas.
Testimonios desde la Primera Línea:
Cornelis Pet, un médico de cabecera de Meeden, Groningen, compartió historias de pacientes que han tenido que tomar medidas extremas, como construir habitaciones insonorizadas o dormir en otros lugares, para escapar del ruido del cercano parque eólico N33. Pet estima que más de un tercio de la población de Meede experimenta molestias significativas.
Por su parte, Sylvia van Manen, de Den Bosch, ha observado un aumento en las quejas relacionadas con mareos, migrañas y sentimientos de inquietud y miedo desde la instalación de cuatro grandes turbinas eólicas en 2020. Algunos de sus pacientes han alterado la manera en que utilizan sus hogares para minimizar su exposición al ruido y las sombras generadas por las turbinas.
Cuestionamientos al Estudio del Nivel:
Un reciente informe del Instituto Holandés de Investigación Sanitaria (Nivel) concluyó que, entre 2012 y 2021, no se diagnosticaron con mayor frecuencia problemas de salud agudos o crónicos en personas que vivían cerca de turbinas eólicas en comparación con aquellos que vivían más lejos. Sin embargo, varios médicos han criticado la metodología y las conclusiones del estudio, argumentando que los códigos utilizados para registrar diagnósticos no son lo suficientemente detallados como para establecer una conexión clara con las molestias generadas por las turbinas eólicas.
Preocupaciones sobre la Postura del Gobierno:
La crítica no se detiene en la metodología del estudio; también hay preocupaciones sobre la postura del gobierno respecto a la expansión de los parques eólicos. «Estoy muy preocupado por cómo está trabajando el gobierno», expresó Anneke Bodde, de Denekamp. La prioridad parece ser la instalación de más parques eólicos, ignorando las evidencias sobre los riesgos para la salud asociados al ruido constante.