La Comisión Europea ha marcado una nueva meta en la lucha contra el cambio climático, proponiendo un ambicioso objetivo de reducir las emisiones de CO2 en la Unión Europea en un 90% para el año 2040, en comparación con los niveles de 1990. La Agencia de Evaluación Ambiental de los Países Bajos (PBL) respalda esta iniciativa, sugiriendo que los Países Bajos adopten un objetivo similar para 2040, más allá de sus actuales metas provisionales para 2030 y el objetivo de ser climáticamente neutrales para 2050.
Compromiso Global y Justicia Internacional:
En línea con el Acuerdo Climático de París de 2015, que busca limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados Celsius, se requiere que el mundo no exceda un total de 250 mil millones de toneladas de CO2 emitidas hasta 2050. Según el PBL, esto implica reducciones significativas de emisiones antes de 2030 y realizar la mayoría de los esfuerzos para 2040. La asignación de estas «emisiones permitidas» entre países será clave en futuras negociaciones climáticas, dependiendo del principio de equidad adoptado.
Los Desafíos para los Países Bajos:
Según Detlef van Vuuren, investigador del PBL y de la Universidad de Utrecht, bajo el principio de responsabilidad histórica, las emisiones de los Países Bajos deberían estar cerca de cero para 2040. La recomendación del Consejo Científico Europeo sobre el Clima es una reducción de emisiones del 90 al 95% para 2040. Los Países Bajos, con su alta densidad de población y una gran proporción de agricultura intensiva, enfrentan desafíos únicos en este camino hacia la sostenibilidad.
Factores Favorables y Viabilidad Social:
A pesar de los retos, los Países Bajos cuentan con ventajas como el Mar del Norte, propicio para la generación de energía eólica, y la posibilidad de almacenamiento subterráneo de CO2, además de un alto nivel de prosperidad que permite inversiones significativas en infraestructura necesaria. La aceptación social de las medidas de reducción de emisiones será crucial, y la investigación sobre la viabilidad social sugiere que la población está dispuesta a aceptar estas reducciones siempre que perciban equidad en el esfuerzo compartido.