Los líderes del gobierno neerlandés han expresado su alivio tras evitar el colapso del gabinete. Una posibilidad que se intensificó después de la dimisión de Nora Achahbar, secretaria de Estado del NSC, por supuestas declaraciones racistas hacia musulmanes y migrantes.
La reunión de crisis, que tuvo lugar el viernes en el Catshuis, logró restaurar temporalmente la confianza entre los cuatro partidos de la coalición: PVV, VVD, NSC y BBB.
Wilders celebra la continuidad de la coalición:
Geert Wilders, líder del PVV, declaró estar «increíblemente contento» de que los partidos hayan renovado su confianza mutua.
Según Wilders, esto permitirá al gabinete enfocarse en «asuntos importantes para Países Bajos, como la política de ingresos y el asilo».
Sin embargo, evitó comentar sobre las declaraciones que llevaron a la dimisión de Achahbar, alegando desconocer los detalles de las discusiones.
El VVD defiende a sus miembros y llama a la unidad:
La líder del VVD, Dilan Yeşilgöz, también expresó satisfacción tras la reunión, destacando un renovado sentido de responsabilidad hacia el país y los votantes.
Yeşilgöz lamentó la renuncia de Achahbar, pero defendió al Ministro de Finanzas, Eelco Heinen, quien fue acusado de hacer comentarios polémicos.
«Conozco muy bien al señor Heinen, y él nunca generalizaría sobre grupos como los marroquíes holandeses», afirmó.
BBB y NSC también muestran alivio:
Caroline van der Plas, líder del BBB, calificó la dimisión de Achahbar como una «pérdida», pero destacó la importancia de haber superado la crisis.
Por su parte, Nicolien van Vroonhoven, líder temporal del NSC, subrayó que las palabras importan y llamó a mantener intactas las relaciones dentro de la coalición.
Aunque el NSC expresó inicialmente dudas sobre continuar en el gabinete, finalmente reafirmaron su compromiso.
Declaraciones racistas: un punto de tensión:
Las tensiones en el gobierno neerlandés surgieron tras comentarios que, según informes, mostraron un enfoque polarizador hacia temas de racismo e integración.
Achahbar renunció después de que varios miembros del gabinete realizaran declaraciones que consideró discriminatorias.
La situación se agravó por la crisis política que siguió al partido Ajax-Maccabi Tel Aviv, marcado por disturbios y agresiones con tintes antisemitas y antiislamistas.