El PVV y el BBB han decidido no participar en el Foro Económico Mundial (WEF) de este año en Davos, Suiza. Argumentando que el evento simboliza el globalismo y los acuerdos a puerta cerrada.
Geert Wilders, jefe del PVV, lideró la decisión y aseguró que ningún ministro de su partido asistirá al evento, programado del 15 al 19 de enero.
Dirk Beljaarts, ministro de Asuntos Económicos del PVV, inicialmente planeaba asistir, pero canceló citando «obligaciones en su agenda».
Henk Vermeer, diputado del PVV, criticó abiertamente la delegación gubernamental que asistirá al foro, argumentando que «hay problemas más urgentes en casa».
Participación del VVD y objetivos del foro
Por otro lado, miembros destacados del VVD, como el primer ministro Dick Schoof, la ministra de Clima Sophie Hermans y el ministro de Defensa Ruben Brekelmans, han confirmado su asistencia.
El WEF, conocido por reunir a líderes políticos, empresariales y académicos, se centrará este año en el tema «Restaurar la confianza».
El foro ofrece una oportunidad única para reuniones cara a cara, también llamadas «citas rápidas diplomáticas», con líderes globales.
Schoof tiene programadas conversaciones con representantes de la OTAN y la enviada de la ONU para Gaza, Sigrid Kaag.
Críticas al WEF desde la derecha
Davos ha sido un foco de críticas para partidos como el PVV y el BBB, que lo ven como un símbolo de la influencia de las élites globales.
Estas posturas son compartidas por círculos populistas y conservadores, que acusan al evento de promover agendas poco transparentes.
Sin embargo, los defensores del foro, como el ex primer ministro Mark Rutte, destacan su valor práctico. En 2023, Rutte se reunió con líderes de países clave como Túnez, Irak y Azerbaiyán, y ejecutivos de empresas como Total y Siemens.
Debate sobre el impacto del boicot
Mientras el VVD busca aprovechar las conexiones globales del WEF, el boicot del PVV y el BBB subraya un creciente escepticismo sobre los beneficios de estos eventos para los ciudadanos comunes.
La ausencia de partidos populistas en Davos plantea una pregunta: ¿es el WEF una herramienta valiosa para la diplomacia o simplemente un espacio para la influencia de las élites?