La policía ha informado que aún no ha localizado a un serval que se escapó hace una semana y media en el barrio de Houtsdonk, Helmond.
Las autoridades intentan contactar con el propietario del animal, pero hasta el momento no han tenido éxito.
Advertencias a la Comunidad:
El serval es un depredador con dientes y garras afiladas. Poco después de la fuga, la policía emitió un mensaje a través de Burgernet a los residentes de Helmond, en Brabante Septentrional, advirtiéndoles que mantuvieran a sus perros y gatos en el interior o con correa.
No obstante, el portavoz no pudo confirmar si esta medida sigue siendo necesaria.
Respuesta de las Autoridades y Expertos:
La ambulancia de animales de Helmond declaró no estar al tanto de la fuga y, por lo tanto, no ha participado en la búsqueda del serval.
Recientemente, otro serval se escapó en Lexmond, Utrecht, pero fue capturado nuevamente.
La fundación AAP, que se dedica al rescate de animales exóticos en peligro, se está encargando del serval de Utrecht después de que su propietario decidiera no acogerlo de nuevo.
David van Gennep, director y biólogo de la fundación, explicó que el serval de Helmond tiene buenas posibilidades de sobrevivir, ya que se alimenta de pequeños animales como ratones, ratas, conejos, gallinas y, en ocasiones, gatos o perros pequeños.
Riesgos y Consideraciones:
Van Gennep señaló que, en general, a los animales salvajes como los servales no les gusta el sabor de otros depredadores como gatos y perros.
Sin embargo, si el serval ha vivido mucho tiempo en un hogar, puede no reconocer a estos animales como depredadores.
El director también comentó que tener un serval como mascota es «muy indeseable» y muchas personas se arrepienten rápidamente de esta decisión.
En los últimos años, la fundación AAP ha recibido entre 50 y 60 solicitudes anuales para acoger servales.
Actualmente, tienen una lista de espera.
Cambios en la Legislación:
A partir del 1 de julio, los residentes en los Países Bajos ya no podrán tener servales como mascotas.
Aquellos que ya posean uno podrán conservarlo hasta el final de su vida, venderlo o regalarlo, pero no podrán liberarlo en la naturaleza.