La mayoría del Parlamento holandés votó a favor de una moción que exige reducir aún más el número de vuelos desde el aeropuerto de Schiphol, superando los planes originales del Gabinete.
Mientras el Ministro de Infraestructura y Gestión del Agua, Barry Madlener, había propuesto un límite de 478.000 vuelos anuales, el Parlamento aboga por reducirlo a 466.000 vuelos.
El objetivo de estas medidas es mitigar las molestias por ruido para los residentes locales. Pero el nuevo límite implica una reducción del 17%, en lugar del 15% previamente acordado.
Respuesta del ministro:
Madlener calificó la propuesta como «muy irresponsable», argumentando:
- Impacto en los residentes locales: Retrasos en la implementación de medidas para reducir el ruido, lo que podría posponer el alivio esperado.
- Efectos negativos en la aviación: Una reducción tan drástica podría perjudicar al sector.
- Alcanzar la meta del 17% requeriría iniciar un nuevo procedimiento administrativo. Lo que añadiría complicaciones y retrasos.
Próximos pasos:
El ministro tiene seis semanas para decidir si implementa la reducción solicitada o presenta un argumento en contra.
Aunque no es inusual que un ministro desestime mociones parlamentarias, hacerlo podría desencadenar un voto de censura en su contra.
Obstáculos regulatorios e internacionales:
- Aprobación de la Comisión Europea: La reducción del número de vuelos en Schiphol debe ser aprobada en Bruselas. Ya que las normativas europeas estipulan que estas medidas solo pueden adoptarse como último recurso.
- Tensiones internacionales: Estados Unidos ha advertido posibles represalias, señalando que una disminución de vuelos podría afectar injustamente a aerolíneas estadounidenses, como Delta y United Airlines.
Según la legislación estadounidense, el gobierno tiene la capacidad de responder si sus aerolíneas consideran que han sido tratadas de manera discriminatoria.