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Dos adolescentes holandeses detenidos en un inusual caso de espionaje ruso

Las autoridades neerlandesas detuvieron a dos jóvenes de 17 años acusados de realizar actividades de espionaje para un servicio de inteligencia ruso.
Según el diario De Telegraaf, se trata de un caso único en Países Bajos, que ha generado gran conmoción.
Los adolescentes fueron sorprendidos en La Haya, utilizando un dispositivo para analizar redes Wi-Fi en las inmediaciones de Europol, Eurojust y la embajada de Canadá. El aparato permite mapear redes o interceptar datos.
De acuerdo con la investigación, los jóvenes habrían sido contactados a través de Telegram, un canal usado habitualmente por servicios de inteligencia extranjeros.
Arrestos y medidas judiciales
La detención tuvo lugar el lunes, tras una alerta del AIVD (servicio de inteligencia neerlandés).
- Uno de los sospechosos permanecerá en prisión preventiva durante 14 días más.
- El otro fue puesto bajo arresto domiciliario con brazalete electrónico.
Ambos comparecieron el jueves ante un juez.
El testimonio de un padre
El padre de uno de los adolescentes relató el impactante allanamiento:
“Llevamos una vida tranquila y de repente ocho hombres con pasamontañas irrumpieron en casa. Tenían una orden de registro y subieron corriendo. Solo escuché: ‘Espionaje. Servicios para una potencia extranjera’. No nos dieron más explicaciones”.
En defensa de su hijo, agregó que era un buen estudiante, jugaba al hockey y trabajaba a medio tiempo en un supermercado:
“No sale de casa, no muestra interés por el mundo exterior. ¿Quién podía prever algo así?”.
Un caso grave y raro en Países Bajos
Expertos señalan que el proceso puede tener consecuencias severas. La legislación neerlandesa contra la injerencia extranjera contempla penas de hasta ocho años de prisión en casos de espionaje.
El investigador Bart Schuurman, especialista en injerencia rusa, lo calificó como un hecho excepcional:
“Es un caso único en Países Bajos. Potencias extranjeras suelen usar a ‘agentes desechables’ a través de cuentas anónimas de Telegram, lo que dificulta rastrear su origen”.


