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Aumentan los casos de violencia por motivos de honor en los Países Bajos
El número de casos de violencia por motivos de honor en los Países Bajos aumentó un 8% en 2024, según informó Wilfred Janmaat, director del centro de especialización de la policía en este tipo de violencia.
La mayoría de los incidentes reportados incluyen amenazas, acoso y agresiones, aunque en algunos casos extremos llegan al asesinato.
Un problema en aumento
En 2024, cuatro personas fueron asesinadas por violencia de honor: tres mujeres y un hombre.
La mayoría de las víctimas son mujeres, y uno de los casos más recientes fue el de Ryan al Najjar, una joven de 18 años, presuntamente asesinada por su padre y sus hermanos por tener un comportamiento "demasiado occidental". Su cuerpo fue encontrado en el agua del Knardijk en Lelystad en mayo de 2024.
Janmaat señala que el aumento de estos casos se da sobre todo entre personas que no llevan mucho tiempo en los Países Bajos, especialmente entre ciudadanos de origen sirio, turco, marroquí o afgano.
Muchas de estas personas provienen de zonas de guerra, donde la ley consuetudinaria y los códigos de honor tradicionales siguen teniendo un peso importante.
Las víctimas y la presión familiar
El refugio Sterk Huis, en Goirle, acoge a niñas y mujeres jóvenes que han sido víctimas de violencia de honor.
Ilona Brekelmans, directora del centro, explica que estas agresiones se producen dentro de familias con fuertes patrones de expectativas.
"Si una joven tiene relaciones antes del matrimonio o se niega a casarse con la persona elegida por su familia, la familia puede tomar medidas drásticas para 'restaurar el honor' y corregir su comportamiento. En estos casos, la mujer puede estar en un peligro real", advierte Brekelmans.
Diferencias con la violencia doméstica
Según los expertos, la violencia de honor requiere un enfoque distinto al de la violencia doméstica. Mientras que en los casos de violencia doméstica suele haber un solo agresor, en la violencia de honor toda la familia puede estar implicada.
"En la violencia doméstica, se puede emitir una orden de alejamiento contra el agresor, como el padre o el hermano. Pero en la violencia de honor, la amenaza proviene de todo el núcleo familiar, por lo que a menudo la única solución segura es llevar a la víctima a un refugio", explica Janmaat.
La solución: educación y cambio cultural
Según Janmaat, no hay una solución rápida para frenar la violencia de honor. Insiste en que es crucial seguir informando y educando a la población, pero subraya que el cambio real debe venir desde dentro de las comunidades afectadas.
"Es un problema sociocultural que no se resuelve de la noche a la mañana. Solo con educación y concienciación podremos cambiar estas mentalidades a largo plazo", concluye.