1 min de lectura
Países Bajos afronta un déficit de 5.000 millones en infraestructuras
El ministro de Infraestructuras y Gestión del Agua, Barry Madlener (PVV), ha advertido que el gobierno de los Países Bajos se enfrenta a un déficit presupuestario de 5.000 millones de euros en materia de infraestructuras.
En una carta dirigida a la Tweede Kamer, Madlener dejó claro que será necesario ajustar prioridades para poder avanzar en proyectos clave de movilidad, transporte y obras públicas.
El déficit afecta directamente al Fondo de Movilidad, responsable de financiar desde el mantenimiento de carreteras hasta el transporte público regional y proyectos ferroviarios estratégicos.
“Hay que tomar decisiones difíciles”, subrayó Madlener, anticipando que no todos los proyectos podrán ejecutarse según lo previsto.
Grandes proyectos en la cuerda floja
Según el ministerio, los riesgos financieros ya se habían identificado durante el periodo de formación de la actual coalición. Entre los proyectos vulnerables destacan:
- La reurbanización de Zuidas en Ámsterdam, una de las zonas más estratégicas del país.
- La implantación del sistema ferroviario europeo ERTMS, clave para modernizar la red y mejorar la seguridad.
Aunque el ministerio no ha confirmado qué obras concretas se verán recortadas o pospuestas, está claro que varios proyectos corren el riesgo de retrasarse por falta de financiación.
¿Qué ha causado el agujero presupuestario?
Madlener atribuye el déficit a múltiples factores, entre ellos:
- El aumento desproporcionado de los costes de construcción e insumos, que ha encarecido proyectos ya presupuestados.
- Problemas estructurales de subfinanciación del Fondo de Movilidad, arrastrados de años anteriores.
- Cambios en las prioridades políticas y falta de cobertura presupuestaria para nuevas iniciativas.
“Algunos de estos factores están fuera del control del ministerio”, explicó el portavoz de Madlener.
El Parlamento entrará en escena
La Tweede Kamer debatirá en las próximas semanas las posibles soluciones al problema. No se descarta una revisión general del calendario de inversiones, una posible redistribución de fondos o incluso la cancelación de proyectos menos prioritarios.
El ministro de los Países Bajos insiste en que su departamento está “trabajando para gestionar los costes de infraestructuras con la mayor eficiencia posible”, pero admite que la magnitud del déficit obliga a replantearse parte de la estrategia.
