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Importación de gas estadounidense dispara las emisiones en Países Bajos

La creciente dependencia de Países Bajos del gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos ha provocado un aumento significativo en el impacto climático del consumo de gas. Según datos de Energie Beheer Nederland (EBN).
A pesar de que EE. UU. suministra solo el 27 % del gas utilizado en el país, es responsable del 66 % de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la extracción y el transporte de gas.
El problema de las importaciones de GNL estadounidense
En los últimos años, Países Bajos ha aumentado sus importaciones de GNL debido a:
- El cierre del gasoducto ruso tras la invasión de Ucrania.
- El agotamiento del yacimiento de gas de Groningen.
La mayor parte de este GNL proviene ahora de Estados Unidos, donde la extracción de gas de esquisto libera grandes cantidades de metano, un potente gas de efecto invernadero.
Según Dion Huidekooper, portavoz de EBN, las graves consecuencias climáticas de esta importación no se reconocen completamente en los debates públicos y políticos.
Impacto ambiental del GNL estadounidense
Además de la quema de gas, el impacto ambiental es mayor en las primeras etapas del proceso:
- La extracción mediante fracking libera altas cantidades de metano.
- La licuefacción y el transporte consumen mucha energía, aumentando aún más las emisiones de CO₂.
El experto en energía Jilles van den Beukel (HCSS) advirtió que el gobierno neerlandés no considera plenamente el impacto climático del gas importado.
"Los consumidores pueden elegir productos orgánicos o de comercio justo, pero el gobierno no aplica el mismo criterio al gas que importa", señaló.
Además, como las emisiones derivadas de la extracción de gas en EE. UU. no cuentan para los objetivos climáticos de Países Bajos, el país sigue cumpliendo sus compromisos sin tener en cuenta la contaminación global generada por su consumo.
Críticas al enfoque del gobierno neerlandés
Fossielvrij NL criticó al gobierno por reducir el uso de gas doméstico mientras aumenta las importaciones de GNL estadounidense. Lo que podría generar un aumento neto de emisiones en lugar de una reducción.
"Nos engañamos pensando que usamos menos gas, pero al pasarnos al GNL estadounidense, podríamos estar aumentando las emisiones globales", afirmó Hiske Arts, portavoz de Fossielvrij NL.
Dick van Dam, del Planbureau voor de Leefomgeving (PBL), sostiene que Países Bajos debe hacerse responsable del impacto total del gas que importa:
"Cuando pagamos millones por gas del otro lado del mundo, también debemos asumir sus consecuencias ambientales", declaró.
Posibles cambios en la regulación
Aunque la ministra de Clima, Sophie Hermans, no planea cambios en la política de importaciones de GNL, la Unión Europea trabaja en nuevas regulaciones para reducir el impacto ambiental de la extracción y transporte de gas. Sin embargo, la efectividad de estas regulaciones sigue siendo incierta.
El experto Van den Beukel señaló que Europa sigue dependiendo de energía fósil de países como Rusia, Qatar y EE. UU., lo que debilita su poder de negociación.
Hacia una transición energética más rápida
Para Van Dam (PBL), la situación actual refuerza la necesidad de acelerar la transición energética y depender menos del gas natural.
"El GNL es caro, nos hace dependientes y es perjudicial para el clima", concluyó.
Por su parte, Fossielvrij NL considera que estos nuevos datos son una razón más para que Países Bajos elimine rápidamente el uso del gas natural.