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Jefe de policía pide reformas tras el asesinato de la niña de Nieuwegein
El asesinato de Sohani, una niña de 11 años en Nieuwegein, ha reabierto el debate sobre el tratamiento de personas con trastornos psiquiátricos en Países Bajos.
El sospechoso, Hamza L. (29 años), era conocido por su comportamiento violento, y los vecinos habían alertado a la policía en varias ocasiones, sin éxito.
El jefe de policía Michel de Roos ha exigido cambios urgentes en el sistema de atención psiquiátrica para evitar tragedias similares.
"No es un incidente aislado, es un sistema fallido"
"Perdimos a una niña de 11 años que nunca volverá. Una familia devastada. Un barrio en crisis. Y un paciente psiquiátrico que ahora está en una celda", declaró De Roos.
Según el jefe policial, el problema no radica en la respuesta policial, sino en un sistema roto que no protege a la sociedad ni a los enfermos mentales.
"Llevamos una década advirtiendo sobre esto. Si los políticos no toman medidas, esto volverá a ocurrir", enfatizó.
La policía ya tenía informes sobre el sospechoso
El asesinato ocurrió en Nieuwegein el sábado 1 de febrero por la tarde, cuando Sohani caminaba para encontrarse con un amigo. Hamza L. la atacó repentinamente en plena calle.
La policía recibió la alerta a las 2:47 p.m. y arrestó al sospechoso 15 minutos después.
Los vecinos habían denunciado el comportamiento errático de L. en varias ocasiones.
- Gritaba en las calles por la noche.
- Un vecino reportó que L. lo persiguió dos días antes del ataque, pero la policía respondió que no había coches disponibles.
Reacciones políticas y defensa de la policía
El caso se convirtió en un tema de debate político.
- Geert Wilders (PVV) criticó la falta de acción:"La policía no apareció. Y miren las consecuencias".
- De Roos defendió a la policía, afirmando que las acusaciones son infundadas.
L. había sido registrado en Zorg- en Veiligheidshuis, una agencia que coordina casos entre la policía, los municipios y los servicios de salud.
Fallas en el sistema de salud mental
De Roos denunció que los agentes deben lidiar con pacientes psiquiátricos sin los recursos adecuados.
Problemas clave:
- Falta de psiquiatras disponibles 24/7 para evaluar a personas en crisis.
- Atención fragmentada, sin claridad sobre quién es responsable de cada paciente.
- Falta de viviendas seguras para personas de alto riesgo.
Los recortes en salud mental han reducido el número de camas en hospitales psiquiátricos, aumentando la cantidad de pacientes sin supervisión en la sociedad.
"Queremos investigar bandas criminales, no atender crisis psiquiátricas. Pero nos obligan a intervenir en estos casos sin la formación necesaria", afirmó De Roos.
Comparaciones con otros fallos del sistema
El caso recuerda el asesinato de Els Borst en 2014, cometido por Bart van U., un hombre con antecedentes psiquiátricos.
A pesar de las promesas de reformas, los problemas estructurales persisten.
"¿Cómo garantizamos que esta vez sea diferente?", preguntó De Roos.
Petición de reformas urgentes
La Tweede Kamer ha exigido una respuesta formal sobre el caso.
De Roos advirtió que si no hay cambios, estas tragedias seguirán ocurriendo:
"Señalar a la policía o a los servicios de salud mental no solucionará el problema real".
