En 2008, Erik van Sabben, un ciudadano holandés, desempeñó un papel crucial en una operación para sabotear el programa nuclear de Irán. Reclutado por los servicios de inteligencia holandeses AIVD y MIVD, Van Sabben se infiltró en el complejo nuclear de Natanz en Irán, donde desplegó el virus Stuxnet, paralizando las operaciones nucleares del país.
Desconocimiento del Gobierno Holandés:
Según el Volkskrant, los políticos holandeses no estaban al tanto de la operación. La participación de los Países Bajos en el sabotaje no era conocida por el Gabinete Balkenende IV ni por el comité Stiekem, que normalmente es informado sobre las acciones de los servicios de inteligencia.
El Agente y su Misión:
Van Sabben, con experiencia técnica y conexiones en la región, fue considerado ideal para la misión. Instaló equipos con el virus Stuxnet, un software avanzado que costó más de mil millones de dólares en desarrollo. Este virus causó la falla de numerosas centrifugadoras nucleares, retrasando el programa iraní por varios años.
Consecuencias y Muerte del Agente:
Tras el éxito de la operación, Van Sabben dejó Irán y murió dos semanas después en un accidente de motocicleta en Dubai. Aunque no hay indicaciones de un crimen, un empleado anónimo del MIVD sugirió que Van Sabben «pagó un precio alto». Se desconoce si Van Sabben estaba consciente de su papel en la operación.
Reacción y Demandas de Clarificación:
La revelación ha provocado que varios parlamentarios exijan explicaciones, particularmente sobre por qué el gobierno y el parlamento no fueron informados de la operación. Los servicios de inteligencia han declinado hacer comentarios detallados, pero un ejecutivo anónimo de la AIVD sugirió que la falta de información al gobierno podría haber sido deliberada para evitar consecuencias políticas.