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100,000 personas asisten al Día de los Veteranos en La HayaMilitar - Foto de Ben Koorengevel en Unsplash

La industria de defensa holandesa enfrenta obstáculos significativos para obtener financiación bancaria, a pesar de la creciente necesidad de expandir la producción ante la actual coyuntura geopolítica. Las empresas se ven atrapadas por regulaciones estrictas diseñadas para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, así como por criterios de sostenibilidad que dificultan aún más la obtención de créditos y la apertura de cuentas bancarias.

Presión para Ampliar la Producción:
La invasión de Rusia a Ucrania ha intensificado la preocupación por la seguridad en Europa, llevando a líderes y organismos como la OTAN a abogar por una economía de guerra parcial enfocada en el incremento de la producción de defensa. Este llamado ha sido respaldado por figuras políticas y militares destacadas, quienes ven la expansión de la capacidad productiva de defensa como un imperativo estratégico.

Obstáculos Financieros:
Sin embargo, las empresas de defensa luchan por navegar en un entorno bancario que las somete a un escrutinio comparable al de sectores como el de las trabajadoras sexuales y los juegos de azar. Las normativas contra el lavado de dinero y el terrorismo, junto con las expectativas de sostenibilidad que exigen a los bancos evitar inversiones perjudiciales, representan desafíos particulares para estas empresas. Deben demostrar que sus productos no caerán en manos inadecuadas, lo que implica un proceso de verificación extenso y complejo.

Caso de Defenture:
Un ejemplo concreto de estos desafíos lo enfrenta Defenture, una empresa que fabrica vehículos militares especiales y que busca financiación para expandir su producción. La percepción de los bancos sobre la naturaleza de su negocio, centrada en la producción de vehículos utilizados en operaciones militares, complica aún más su capacidad para obtener el capital necesario.

Respuesta del Gobierno:
Ante esta situación, las empresas afectadas han buscado el apoyo del Ministerio de Defensa, que ha programado reuniones con representantes bancarios y de la industria para explorar soluciones. Mientras los bancos no pueden comprometer la integridad de las regulaciones anti-lavado y antiterrorismo, hay espacio para ajustes que reconozcan las particularidades de la industria de defensa, similar a las adaptaciones hechas previamente para otros sectores.