La caída del dictador sirio Bashar al-Assad marca un cambio significativo en la guerra civil siria, que ha durado más de una década.
El ministro de Defensa holandés, Ruben Brekelmans, calificó el colapso del régimen como “un alivio”, destacando su impacto en la influencia de Irán y Rusia en la región.
Assad, sostenido durante años por el apoyo militar de Vladimir Putin y estrechos vínculos con Teherán, huyó tras los avances rebeldes en Homs y Damasco.
Brekelmans destacó que la desaparición de Assad supone una pérdida de prestigio para Putin y un debilitamiento de Irán.
“Era un vasallo de ambos regímenes. Esto marca un golpe para sus ambiciones en el Medio Oriente”, afirmó.
Ascenso de Hayat Tahrir al-Sham (HTS):
A pesar de la caída del régimen de Assad, las autoridades holandesas expresaron inquietudes sobre el grupo rebelde HTS, que ahora controla vastas áreas del norte de Siria.
Originalmente afiliado a Al Qaeda, HTS asegura haberse distanciado de la organización terrorista.
Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores, Caspar Veldkamp, enfatizó que sus orígenes generan desconfianza entre las minorías cristianas y kurdas.
“HTS ha mostrado un tono más moderado, pero aún no está claro si sus intenciones han cambiado realmente”, explicó Brekelmans.
La estabilidad para las minorías étnicas y religiosas sigue siendo incierta, y las preocupaciones por represalias en el vacío de poder son significativas.
Rol limitado de los Países Bajos:
El gobierno holandés mantiene contacto restringido con HTS, enfocado exclusivamente en facilitar ayuda humanitaria en las zonas bajo su control.
Brekelmans confirmó que no hay planes de evacuación para ciudadanos holandeses en Siria debido a la falta de relaciones diplomáticas con el régimen de Assad.
Perspectivas para el Medio Oriente:
La caída del régimen podría reconfigurar el equilibrio de poder en la región.
Mientras Brekelmans subrayó las oportunidades que supone este cambio, también advirtió que la complicada realidad de Siria seguirá siendo un desafío.
Veldkamp elogió los esfuerzos internacionales para garantizar una transición pacífica liderada por Naciones Unidas. Destacando el papel clave de Turquía en mantener la estabilidad regional.