El gobierno holandés y varios partidos de la oposición han llegado a un acuerdo para eliminar 748 millones de euros de los recortes previstos en el presupuesto de Educación.
Sin embargo, el sector educativo aún enfrentará recortes de 1.200 millones de euros. Una decisión que sigue generando críticas entre organizaciones educativas y partidos no involucrados en el acuerdo.
Fuentes del financiamiento:
Para compensar la eliminación de estos recortes, el acuerdo redistribuye fondos de otros ministerios:
- Ministerio de Salud Pública: Aportará 215 millones de euros, recortando “excedentes” salariales de especialistas médicos y aumentando sus contribuciones a formación continua.
- Reducción en costes de equipamiento: Se recortarán 173 millones de euros en varios ministerios, incluyendo gastos como coches de empresa.
- Transporte público estudiantil: El presupuesto para la tarjeta de transporte público de estudiantes se reducirá en 75 millones de euros. Justificando que menos estudiantes utilizan este servicio desde la pandemia.
Elementos clave del acuerdo:
El acuerdo elimina medidas controvertidas, como:
- La multa para estudiantes que exceden el tiempo de estudio establecido.
- Recortes a los salarios de los profesores.
- La eliminación del período de servicio social obligatorio.
Estas concesiones han sido bien recibidas por algunos, pero el sindicato estudiantil LSVb y las universidades siguen preocupados por las consecuencias de los recortes restantes.
Según LSVb, los recortes resultarán en despidos de profesores y la desaparición de programas educativos, afectando a las generaciones futuras.
Críticas desde la oposición y las universidades:
Partidos como GroenLinks-PvdA, DENK y SP calificaron el acuerdo de error histórico, destacando que el presupuesto aún impone recortes significativos a la educación.
Casper van den Berg, presidente de Universidades de los Países Bajos, señaló que la investigación científica es una de las principales víctimas. Lo que impactará negativamente en el futuro del país.
Contexto político:
El acuerdo, alcanzado tras semanas de negociaciones, fue necesario para asegurar el respaldo de la oposición en el Senado, donde la coalición no tiene mayoría.
Si el presupuesto hubiera sido rechazado, habría permanecido en vigor el presupuesto anterior, establecido por el gobierno de Rutte IV. Que favorecía mayores inversiones en educación.