Una redada policial en un bar de shisha en Amberes reveló un preocupante caso de tráfico sexual, resultando en el rescate de tres niñas menores de edad y dos mujeres.
Entre las rescatadas se encontraba una niña reportada como desaparecida en los Países Bajos, quien ya ha sido entregada a las autoridades holandesas.
La redada, realizada el 7 de diciembre, destapó una serie de irregularidades, pero aún no se han anunciado arrestos relacionados con el caso.
Investigaciones revelan explotación sexual
La policía comenzó a investigar el bar, ubicado en Sint-Bartholomeusstraat, tras recibir indicios de explotación sexual.
Durante el registro, encontraron a cinco niñas escasamente vestidas, incluyendo tres menores.
Aunque aún se investiga si los clientes pagaban por servicios sexuales, las evidencias apuntan a esta posibilidad.
En el establecimiento se hallaron riñoneras con dinero en efectivo en posesión de las menores y notas con los ingresos diarios.
En las que figuraban nombres de dos de ellas junto a cantidades específicas.
Además, las instalaciones estaban diseñadas para obstaculizar inspecciones, con cristales opacos y el tirador de la puerta retirado.
Más irregularidades en el bar de shisha
El bar no tenía licencia para operar como tal y estaba vinculado a numerosas molestias en el vecindario. Se descubrieron violaciones de seguridad, empleados sin permisos legales y pagos en negro.
Además, se vendían globos con gas hilarante a cinco euros y se permitía fumar tabaco sin respetar las normativas locales.
Durante el operativo, la policía confiscó 1.705 euros en efectivo y detectó el uso de hachís entre los clientes.
Por las múltiples infracciones, el alcalde Bart De Wever ordenó el cierre del local por al menos dos meses. Permitiendo una reapertura solo bajo estrictas condiciones adicionales.
Protección urgente para las víctimas
La posición vulnerable de las menores rescatadas subraya la necesidad de una protección legal firme.
Las autoridades buscan garantizar la seguridad de las víctimas mediante medidas concretas que prevengan futuros abusos.
Este caso pone en evidencia la necesidad de combatir las redes de tráfico humano y reforzar la supervisión de negocios sospechosos.