Cada vez más guarderías y escuelas holandesas están prohibiendo los dulces de cumpleaños, incluidos los bocadillos saludables.
Esta decisión busca promover hábitos alimentarios más saludables, reducir la presión económica sobre las familias y evitar la competencia entre padres.
La tradición de llevar frutas decoradas, cajas de pasas o brochetas de fruta está desapareciendo rápidamente. Kind&co ludens, con 500 centros de cuidado infantil en Midden-Nederland, implementó una política que prohíbe todos los dulces, incluso opciones saludables como la fruta.
Cambios en las celebraciones
La nueva normativa pone el énfasis en actividades festivas en lugar de dulces en las escuelas holandesas.
Ahora, los cumpleaños se celebran con decoraciones, juegos o eventos especiales, eliminando la necesidad de que los padres lleven obsequios o bocadillos.
Según Carlie Mulders, gerente de Kind&co ludens, también se busca alinear las celebraciones con objetivos de sostenibilidad.
Blos Kinderopvang, con 300 guarderías, ha adoptado políticas similares. En lugar de dulces, los niños disfrutan de sombreros festivos, canciones o actividades no alimentarias.
Impacto social y económico
Tilly de Jong, líder de la campaña «Wie jarig is viert feest» («Si es tu cumpleaños, celebra»), señala que estas políticas combaten la desigualdad económica.
Según De Jong, algunos padres gastan grandes sumas en dulces, mientras que otros no pueden permitirse llevar nada, lo que genera tensiones sociales.
Incluso se reportó un caso en Hilversum donde un padre llevó un camión de pizza al colegio, lo que exacerba la competencia entre familias.
Inclusión y salud
En MKC Zeeburgereiland De Optimist, una escuela primaria de Ámsterdam, los dulces están prohibidos desde hace 18 meses como parte de una política de alimentación saludable.
Merel van Lier, directora del colegio, explicó que esto también evita problemas relacionados con restricciones dietéticas, como alergias o preferencias culturales.
En lugar de dulces, los cumpleaños se celebran con tarjetas personalizadas, juegos grupales y canciones. Aunque algunos niños extrañaron los dulces inicialmente, la transición ha sido bien recibida.
Un alivio para las familias
Marjet Winsemius, de la Stichting Voor Werkende Ouders (Fundación para padres que trabajan), destacó que estas políticas han reducido el estrés de muchos padres.
Ahora, no tienen que preocuparse por preparar bocadillos elaborados o competir con otros. Winsemius subrayó que esta presión era innecesaria y perjudicaba a las familias con menos recursos.