Los partidos de la coalición PVV, VVD, NSC y BBB han solicitado al Consejo de Ministros que descarte los planes del aumento del IVA. Una medida que se planteó como alternativa a la subida del impuesto en sectores como la cultura, los libros y el deporte.
A pesar de que estos partidos ya habían expresado su rechazo públicamente, este jueves presentaron una moción conjunta para reforzar su postura. La cual se espera que reciba un amplio apoyo en el Parlamento.
Una alternativa que no convence
El Consejo de Ministros se comprometió a finales de 2024 a buscar una solución alternativa al aumento del IVA en cultura, libros y deporte.
Como respuesta, el secretario de Estado Tjebbe van Oostenbruggen propuso elevar el tipo máximo del IVA del 21 % al 21,4 %. Con el objetivo de recaudar 1.000 millones de euros adicionales.
Sin embargo, la propuesta fue rechazada no solo por los partidos de la coalición, sino también por formaciones de la oposición como GroenLinks-PvdA, SP y SGP. Lo que la dejó sin posibilidad de obtener mayoría en la Tweede Kamer (Cámara Baja del Parlamento).
El sector empresarial, en contra
Las empresas también han manifestado su preocupación. La asociación de empresarios Ondernemend Nederland (ONL) advierte que el incremento del IVA afectaría principalmente a sectores que aún no se han recuperado completamente de la crisis provocada por la pandemia.
Erik Ziengs, presidente de ONL, señala:
«Muchos empresarios todavía están lidiando con deudas derivadas del coronavirus, que pesan sobre ellos como una losa. En La Haya a menudo se olvida que ya han soportado demasiadas cargas en los últimos años.»
Durante la pandemia, muchas empresas no trasladaron los costos adicionales a los consumidores, especialmente en el sector de la hostelería, lo que redujo sus márgenes de ganancia. Ahora, incluso un incremento del 0,4 % en el IVA les resultaría difícil de asumir.
Falta de confianza en el gobierno
Para muchos empresarios, esta medida es una nueva señal de que el gobierno no los tiene en cuenta en la toma de decisiones. Según ONL,
«Los empresarios no participan en las decisiones, pero siempre tienen que pagar las consecuencias. Es otra violación de la confianza.»
Desde el sector se pide que, en lugar de nuevas cargas fiscales, se impulsen medidas que realmente favorezcan la economía. Ziengs sugiere que sería más útil reducir la carga administrativa para las empresas.
«Muchas grandes compañías preferirían invertir millones en sostenibilidad antes que perder tiempo en burocracia, como registrar el kilometraje de sus vehículos para reportarlo al RVO.»