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Países Bajos cae del Top 20 en el Índice KidsRights

Por primera vez, Países Bajos queda fuera del Top 20 en el Índice KidsRights, que evalúa anualmente el cumplimiento de los derechos de la infancia en 193 países.
El informe advierte sobre graves carencias en salud, vacunación, seguridad digital y políticas públicas.
📊 Puesto 21 en 2025: una caída preocupante
Este año, los Países Bajos descendieron al puesto 21, desde el 19.º que ocupaban en 2024, y muy lejos del 4.º en 2023. Países como Qatar y Lituania superaron a los neerlandeses en esta edición del ranking elaborado por KidsRights y la Universidad Erasmus de Róterdam.
Los datos revelan fuertes contrastes:
🔻 Vida: puesto 25
🔻 Salud: puesto 63
🔻 Entorno propicio: 101
✅ Protección: 3.º
✅ Educación: 7.º
💉 Vacunas y salud mental: temas críticos
Una de las principales preocupaciones es la baja tasa de vacunación infantil, algo que ha comenzado a generar alarma en varios sectores. A esto se suma la salud mental de adolescentes, una problemática global que también afecta a Países Bajos.
Según el informe, 1 de cada 7 jóvenes (10-19 años) tiene problemas de salud mental, y la tasa mundial de suicidios en adolescentes (15-19 años) es de 6 por cada 100.000.
📱 Riesgos digitales: niños sin protección
KidsRights también alertó sobre la falta de seguridad digital infantil. Marc Dullaert, presidente de la organización, criticó que el gobierno neerlandés no otorga prioridad real a los derechos de la infancia, especialmente en el contexto digital y migratorio.
La serie “Adolescence” de Netflix, emitida este año, generó debate mundial sobre la protección de los menores en entornos digitales. Pero, como señala Dullaert:
“Necesitamos acción, no solo indignación”.
Propone medidas como:
- Evaluaciones obligatorias del impacto en los derechos del niño para plataformas digitales.
- Algoritmos transparentes que prioricen el bienestar infantil.
- Alianzas entre gobiernos y empresas que favorezcan la protección sobre el lucro.
⚠️ Una llamada de atención para el gobierno
El informe acusa al gobierno neerlandés de relegar los derechos de la infancia a un segundo plano. Menciona políticas de migración y asilo, la pobreza infantil y la calidad de la atención juvenil como ejemplos de este descuido.