2 min
Feminicidio en Países Bajos: Una mujer es asesinada cada 8 días

En los Países Bajos, una mujer es asesinada cada ocho días, y en el 60 % de los casos, el responsable es su pareja o expareja.
Tras décadas de descenso, el número de feminicidios se ha mantenido estable durante los últimos diez años, según un análisis del programa Nieuwsuur.
🔫 Casos recientes: asesinada frente a sus hijos mientras se refugiaba
Jouweela, una mujer de 39 años residente en Eindhoven, fue asesinada a tiros por su exmarido en una calle de Gouda, justo delante de sus dos hijos.
La víctima se encontraba refugiada en un centro para mujeres maltratadas, pero su agresor logró encontrarla. Tras dispararle, el hombre se suicidó.
El asesino, Driekus K., ya había sido condenado previamente por intento de asesinato de otra expareja, y el mes pasado fue arrestado por posesión de armas y agresión a Jouweela.
Fue puesto en libertad dos semanas antes del crimen.
El jueves, otra mujer fue asesinada en su casa en Vlijmen, Noord-Brabant. La policía arrestó a un hombre de 35 años, pero las circunstancias aún no se han esclarecido.
🧠 ¿Qué lleva al feminicidio?
Según la investigadora Marieke Liem, especializada en violencia letal por motivos de género, en muchos casos las señales de advertencia no son detectadas a tiempo por las autoridades o el entorno cercano.
Los agresores suelen tener antecedentes de violencia, amenazas de suicidio, o han demostrado conductas controladoras o violentas con mascotas o hijos.
La adicción también juega un papel en algunos casos.
Uno de los datos más impactantes: en promedio, una mujer sufre 33 incidentes de violencia antes de denunciarlo a la policía.
💔 Terror íntimo que afecta a miles
Liem describe un patrón común:
Se estima que unas 200.000 personas en Países Bajos viven hoy en situaciones similares de terror íntimo.
Para muchas mujeres, el momento de mayor peligro es cuando deciden abandonar la relación. Es ahí cuando el agresor puede recurrir al acoso o incluso al asesinato.
📢 Romper el silencio y el estatus
Liem advierte que el feminicidio no es solo un problema de seguridad, sino social y cultural. En su opinión, la emancipación femenina puede estar generando resistencia violenta por parte de algunos hombres que no aceptan perder el control o su estatus.