Un estudio del Instituto de Investigación Social de los Países Bajos (SCP) ha revelado una «brecha climática» significativa en los comportamientos entre los ciudadanos holandeses de diferentes estratos económicos.
Mientras que las personas con mayores ingresos expresan una mayor preocupación por el clima, su estilo de vida continúa siendo más contaminante.
Por otro lado, los hogares de bajos ingresos, aunque menos preocupados por el calentamiento global, adoptan prácticas más sostenibles.
Disparidad en la contribución a la sostenibilidad:
El estudio encontró que la mayoría de la población cree que quienes más contaminan y más ganan deben contribuir más a la sostenibilidad.
Sin embargo, esto no está ocurriendo. Las personas con educación superior y empleos mejor remunerados tienden a mantener estilos de vida que requieren un alto consumo de recursos, incluyendo viajes frecuentes en coche o avión y un consumo excesivo de alimentos y energía.
Sostenibilidad por necesidad entre los menos adinerados:
En contraste, los hogares de bajos ingresos a menudo viven de manera sostenible por necesidad, debido a presupuestos más ajustados que los obligan a comprar solo lo necesario y a ser cuidadosos con el uso de recursos como la calefacción.
Esta forma de vida sostenible a menudo coincide con una actitud escéptica hacia la crisis climática.
Necesidad de un diálogo abierto:
El SCP señaló que tres cuartos de los residentes en los Países Bajos consideran la crisis climática como un problema preocupante que necesita soluciones.
Sin embargo, aproximadamente tres de cada diez personas están activamente molestas por la cantidad de atención que se presta al clima, sintiendo que desvía la atención de «problemas más urgentes» como la escasez de vivienda y la pobreza.
Según el SCP, se necesita un «diálogo abierto» sobre actitudes y comportamientos en el enfoque climático para evitar que la respuesta a esta crisis profundice la división entre estos grupos de población.
Promoción de medidas sostenibles accesibles:
El SCP sugiere más opciones accesibles para aprender sobre la crisis climática, como charlas en clubes deportivos, asociaciones y lugares de culto.
Los holandeses también están más inclinados a tomar medidas si estas son financieramente atractivas.
Por lo tanto, el gobierno podría enfocarse más en cómo las personas pueden ahorrar dinero a través de comportamientos sostenibles, como reducir sus facturas de energía mediante la aislación de sus hogares.
El Banco de los Países Bajos (DNB) hizo una propuesta similar en un informe que mostró que casi todos los propietarios de viviendas en los Países Bajos pueden permitirse medidas de sostenibilidad.